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Mostrando entradas de febrero, 2014

Gloria Fuertes, mujer olvidada.

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Una mujer olvidada, cuyo recuerdo no hace justicia a su obra, limitándola exclusivamente a la literatura infantil. Desde Causas Olvidadas reivindicamos a Gloria Fuertes, gran poeta de niños y adultos  a la que le tocó vivir en una época difícil e incómoda que no estaba aún lista para recibir a la poeta y a la mujer. Empezamos un pequeño acercamiento con este maravilloso poema, extraído de Obras incompletas de la Editorial Cátedra,  edición a cargo de la propia autora. MAL SUEÑO Yo, con estas manos que pueden hacer hijos, que pueden portar almas, que pueden pastar flores, que pueden zurcir telas, que pueden mover lápices y escribir crisantemos. Yo, que detesto la pena de muerte, no sé lo que haría, no sé lo que haría. Sí, media humanidad es la que sobra: Los fríos, Los Samueles, los sabuesos, los adustos, los contables, los machos, los guerreros, los pedantes, los que dicen:   - la mujer mi esclava. Yo, los miraría por

Espacio en el que no estás

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Hay momentos en los que sólo existes, sin más. No hay planes ni proyectos, ni siquiera espera. Hay instantes en los que dejas pasar cada minuto sin preguntarte nada, sin   sorpresa. Minutos en los que te llama la atención sentirte tan fuera de lugar y en los que   todo te parece extraño y tú, una exiliada de la comprensión, perdida en medio de la nada absoluta. No hay ganas, ni deseo, ni curiosidad. Sí hay asombro, perplejidad y cierto desánimo. Espacio gris carente de significado. Ahí, justo ahí, estás tú, desconcertada por reacciones, extrañada por comportamientos, aplastada por los movimientos ajenos que se suceden con tal rapidez que te sacan del planeta tierra. Extraterrestre desubicada, bicho raro desajustado. Cálido espacio entonces el del olvido. Maravillosa escultura de Muñoz Bautista,

Crisis mensual

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Estoy en esos días del mes que parece que por entre las piernas lo que se me va es la seguridad acumulada durante los 25 días anteriores. A veces 25, a veces 28... la verdad es que no soy un reloj suizo. Chorreo seguridad y así, las hormonas se me quedan inseguras,   confianza intermitente: seguridad viene, seguridad va, seguridad viene, seguridad va… y la dejo ir, se va con alas, sin alas, contenida en mi interior y sacándola como un cáliz sagrado; para esto último hay que reunir el valor suficiente de mirarlo de frente, mirarme de frente… sea como sea,   el proceso continúa. Me pregunto si tanto sube y baja de confianza tendrá efectos secundarios. Me pongo a cavilar y el drama se dispara. Ya me veo en el hospital, tirada en una camilla –no da para una cama el tema- sufriendo los efectos colaterales de tanta alteración hormonal. Me ponen una camisa de fuerza durante 3, 5, 6 días... mi mecanismo se resiste a ser preciso aunque lleve años practicando. Me marcan con una gran R de