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Mostrando entradas de junio, 2017

Un aullido en mi interior

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Me abrazo a la almohada. Pido, aunque ya sé que no me será concedida, una noche tranquila. Tengo un aullido en mi interior, normalmente, durante el día, me deja tranquila, peor por la noche, cuando me tumbo en la cama e intento dormir, él se despierta y empieza a merodear como un gato furioso, me araña el pecho, me crispa la mandíbula, me golpea las sienes. Para calmarlo, a veces abro la boca y finjo gritar en silencio, pero no logro engañarlo, sigue ahí, enloquecido, intentando romperme. El amanecer, los niños, el pudor y los quehaceres cotidianos lo enmudecen y amansan durante unas horas, pero luego, al caer la noche y quedarme sola, llega puntualmente a nuestra cita. Cierro los ojos con fuerza. Los abro. Aquí está de nuevo. Fragmento de También esto pasará de Milena Busquets, editorial Anagrama. 

Las enfermedades misteriosas de las mujeres

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Las mujeres padecemos enfermedades misteriosas, enfermedades que se colocan en el límite de lo psiquiátrico y lo muscular, a través de lo neurológico, porque somos más sensibles al ruido, a la deformación, y nos resistimos a las inercias de nuestra forma de vida. Sin darnos cuenta, nos resistimos al neoliberalismo somatizándolo y nuestras somatizaciones se transforman en un interesado misterio de la ciencia. Los trastornos del sueño, la rigidez de los huesos y los músculos, la falta de apetito sexual, la inflamación de la vulva, la ansiedad, la depresión, la hipersensibilidad en ciertos puntos del cuerpo incapacitan a Chari para hacer muchas cosas. Fragmento de Clavícula, Marta Sanz. Editorial Anagrama, 2017.

Una vida cualquiera IV (Relato)

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María nos acompañó en el sur  Comeremos tarde para aprovechar la mañana. Después iré a la biblioteca, a ver si encuentro los datos que necesito para perfilar las escenas finales de la novela y cerrar, por fin, el proyecto. Aprovecharé para dar un largo paseo, aunque sea por la ciudad.  Lisboa está preciosa en esta época, ya va refrescando y da gusto caminar por sus calles, donde no hay tiempo definido, donde lo viejo y lo nuevo se mezcla sin estridencias. Ya no quedan tantos turistas y todo vuelve a tener ese sabor solo reservado a los viajeros que se quedan más tiempo o a los que convierten cada rincón en suyo. Jorge también vendrá. Anoche decidimos dejarnos la tarde para esto: biblioteca y paseo por la ciudad. Qué fácil resulta hacer planes, apenas tardamos unos minutos en organizar la agenda y siempre terminamos entre risas con un “qué facilones somos”. Como él dice: “si no es fácil, no vale la pena”. Resulta irónico pensarlo ahora. Fácil, fácil no ha sido, demasiad