Comienza el curso, se acaba la calma propia del verano y todo parece despertar de ese letargo. Sea la que sea la forma en la que uno se ha mantenido alejado durante el período estival, ahora vamos dando pasos de vuelta. Ya hay más ruido, menos aparcamiento, más movimiento. Yo siempre he vivido este tiempo como mi particular fin de año, diciembre nunca ha significado nada para mí, este es el momento del año que realmente tiene sabor a comienzo, a regreso. Es en estas semanas anteriores en las que me he planteado qué puedo hacer con mi recién estrenado año, qué espero y qué actitud tomar antes algunas circunstacias personales y generales. Así que es la época en la que me pregunto qué me aguardará a vuelta de calendario y en esas me quedo atrapada un tiempo. Sencillez . Es lo que pido a aquellos que nos gobiernan. Nada de privilegios. Hacer su trabajo con dedicación y sin aspavientos. No son actores de cine, no tienen por qué lucirse en las inauguraciones como los señores feudale...