Me estoy haciendo mayor
(Hoy me apetece recuperar este texto que escribí hace unos años, porque el paso del tiempo se me sigue antojando confuso y extraño. Hoy, como ayer, sufro de perplejidad respecto al reloj vital y me asombra que el mundo no se pare por ello.Otra causa no invisible, pero sí con la que sufrimos de ceguera ¿voluntaria?)
Cuando vas de compras y los tacones te parecen demasiado altos y la letra de los libros demasiado pequeña, no hay duda, te estás haciendo mayor.
En nuestra sociedad mantenemos
una lucha infructuosa y constante contra
el paso del tiempo que afecta, especialmente, a las mujeres. Resulta perverso el
uso de los programas informáticos que modifican el cuerpo de las modelos y la
manera en la que nos bombardean con imágenes completamente irreales y tallas
imposibles de alcanzar.
La vida pasa a convertirse en un lugar cómodo y cálido solo cuando comprendes que vives una
evolución en horizontal donde tú eres tu único reto; lo más parecido a quitarte los tacones y ponerte las
zapatillas. No se trata de escalar, no dejas a nadie debajo, avanzas, solo avanzas
con respecto a ti misma. Soplar cada vez
más velas, tener pasado, haber vivido varias vidas, es un placer cuando te das cuenta de que no
solo ganas años sino comodidad. La verdadera dicha no es perder kilos, es
perder complejos.
Crecer es liberarse y liberarse
es algo más que abandonar la faja y el “wonderbra”. Liberarse es hacer lo que
te dé la gana a pesar de las dudas, de los altibajos, de los miedos, que los
hay. Liberarse es dejar que la vida fluya y permitirse ser sin drama. Mirar
atrás solo para valorar lo andado y hacia adelante con ilusión y desapego.
Cambian los usos del tacón a medida que cumplimos años. |
Una cosa es llegar a casa y
disfrutar de quitarte el sujetador y otra es decidir que ya no te compras el
que te comprime y te asfixia, por mucho que te eleve y te redondee. Ese momento
marca una diferencia, que no ha de confundirse con indiferencia hacia el otro
-como pretenden hacernos creer- sino con reconocimiento hacia una misma.
Sí, me estoy haciendo mayor, y en
ocasiones muy deprisa, porque parece que el tiempo no pasa por mí sino que las
circunstancias me lo echan encima como una losa, acelerando su paso.
Hoy es uno de esos días en los
que la juventud se me antoja confusa y complicada y me da mucha pereza. Será
porque todo tiene su tiempo y la mayor felicidad es disfrutar del que te toca
en cada instante, y a mí ese ya se me pasó. Y si aparece un hada madrina con
intención de “concederme” la fortuna de volver atrás, la amordazaré con el
tanga, la embutiré en unos vaqueros y le clavaré unos tacones de 15
centímetros, y de esa guisa, la mandaré a paseo.
Aviso a todas las hadas madrinas del mundo!!!!! Cuidado!!!!!
ResponderEliminarLa palabra clave es "aceptacion". Ninguna moda puede compararse a la vieja sudadera de andar por casa (sin sujetador) y a los pantalones que tu madre te dijo hace mucho tiempo que deberias tirar.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarComo siempre, me encanta el tono mesurado de tus reflexiones.
ResponderEliminarLos varones no solemos usar tacones, pero sufrimos el corte de camisa slim fit, así que podemos experimentar la edad de forma parecida.
Acertada reflexión, amiga, y sí, yo ya estoy mayor, pero que muy mayor...
ResponderEliminarMaravilloso. Invita a descalzarse de todo no que un@ NO ES...
ResponderEliminarGracias por compartir 🌀