Un aullido en mi interior

Me abrazo a la almohada. Pido, aunque ya sé que no me será concedida, una noche tranquila. Tengo un aullido en mi interior, normalmente, durante el día, me deja tranquila, peor por la noche, cuando me tumbo en la cama e intento dormir, él se despierta y empieza a merodear como un gato furioso, me araña el pecho, me crispa la mandíbula, me golpea las sienes. Para calmarlo, a veces abro la boca y finjo gritar en silencio, pero no logro engañarlo, sigue ahí, enloquecido, intentando romperme. El amanecer, los niños, el pudor y los quehaceres cotidianos lo enmudecen y amansan durante unas horas, pero luego, al caer la noche y quedarme sola, llega puntualmente a nuestra cita. Cierro los ojos con fuerza. Los abro. Aquí está de nuevo. Fragmento de También esto pasará de Milena Busquets, editorial Anagrama.