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Entradas

Diario de un cuerpo de Erika Irusta

Descubrí su trabajo a través de la red, en lo que parece la distancia de otra vida. Llegué a su web El caminorubí navegando por el mar virtual mientras investigaba sobre el cuerpo femenino y sus ciclos, hace ya algún tiempo… En una de esas vidas pasadas… la encontré. Incluso hice alguna formación en su comunidad virtual, que tuvo la infinita generosidad de becarme en un momento en el que el único impedimento para seguir mi investigación era el económico. Gracias. Poco después, Erika Irusta publicó una recopilación de sus textos virtuales en formato papel y para financiarse, hizo una campaña de crowfunding . Agradecida por su gesto anterior y con el egoísta deseo de leer sus textos en mi formato preferido, participé. Lo que ha unido la sororidad artística que no quede en medio de la NADA de un sistema que engulle voces independientes, cargadas de tanta personalidad. Diario de un cuerpo es su primer título con la enigmática editorial Catedral. Una edición cuidada y bel...

Mi manifiesto feminista

El feminismo y su lucha por la igualdad han llegado para quedarse. Al margen de modas editoriales, de camisetas con mensajes, de aplicaciones de móviles con stickers feministas… al margen de que este sistema capitalista nuestro, haya intentado convertirlo en un producto más, de que encontremos más o menos contenido en todo ello... De aquí no nos vamos. Después de un larguísimo camino histórico, estamos para generar debate, despertar conciencias, plantear dudas. Hemos llegado para cuestionar y para ocupar un espacio, porque también somos parte de esta sociedad, sociedad que el feminismo y su largo recorrido ha hecho más plural. Porque, a diferencia de otros movimientos políticos, el feminismo mira más allá del bienestar de una única realidad, porque somos conscientes de que lo único que nos hace crecer es la diversidad y la aceptación de que no hay población donde la totalidad de sus componentes sean iguales. Somos diferentes, lo sabemos, lo aceptamos y lo reivindicamos. ...

El silencio del cuerpo

Si abro la ventana y miro arriba, puedo ver un trocito de cielo. Suficiente para no sentirme encerrada. Me gusta estar aquí, en medio de un silencio gris, amable, limpio solo en pequeños destellos. Mi cuerpo manda y él no quiere moverse. Necesita estar quieto, no enfrentarse con él mismo, no generar dolor, recomponerse en esas partes donde mi mirada no llega. El cuerpo es pura magia: se rompe, se abre, se corta, se cose, se mutila y él se cierra, con paciencia de oso, se recompone, se vuelve a construir con lo que tiene, con lo que le han dejado y continúa. Pura cabezonería vital: la vida prevalece, pensará él en su universo de células, tejidos blandos y huesos innombrables. Escuché decir a una científica en una entrevista, que el silencio de la Antártida era inenarrable, completamente distinto a ninguna sensación que ella hubiese experimentado antes. A mí se me ocurre que, extasiada por ese milagro blanco de la naturaleza, no cayó en la cuenta de que el silencio de ...

Mi cuerpo, territorio político

Considero mi cuerpo como el territorio político que en este espacio-tiempo puedo realmente habitar, a partir de mi decisión de repensarme y de construir una historia propia desde una postura reflexiva, crítica y constructiva. Esta frase está sacada del maravilloso texto Mi cuerpo es un territorio político de Dorotea Gómez Grijalva y que se puede leer a texto completo en Brecha Lésbica. 

Por fin en librerías...

Qué enorme satisfacción llegar a este punto del trabajo: tercer libro en el mercado.   La foto es de mi queridísima amiga Nieves Delgado. Gracias. 

Poblada por multitudes

Siempre me he sabido poblada por dentro por multitudes que lucharon antes que yo y a quienes debemos toda la libertad y la plenitud que logramos arrancarle a la vida.                                                                                  Itziar Ziga, Malditas: una estirpe transfeminista.

Mujeres libres, espacios libres: sororidad

Somos la mitad de la población mundial pero no ocupamos la mitad del mundo. Nos movemos por él, lo vivimos, lo reivindicamos, lo cuidamos, lo parimos y dejamos nuestras huellas allá por donde vamos, pero siempre parecemos estar de prestado. Si ponemos atención en cómo nos movemos y hasta en la manera en la que hablamos según donde estemos, obtendremos un montón de información que, cuanto menos, sorprenderá.   Cuando llegas a un espacio de reunión donde se convoca a mujeres: una charla, un encuentro, unas jornadas… la actitud, los movimientos, el descaro de existir y de ser, la forma de reír son completamente diferentes.   Esas mujeres se expanden sin forma ni límites. Todo es Su Espacio. Se nota el empoderamiento que produce compartir. Lugares donde las mujeres se manifiestan de otra manera, de una forma más directa, más rotunda, absolutas y definitivas. Y no, no es igual que cuando estás en el trabajo -aunque todas sean mujeres-, ni la misma que cuando est...