Me estoy haciendo mayor
(Hoy me apetece recuperar este texto que escribí hace unos años, porque el paso del tiempo se me sigue antojando confuso y extraño. Hoy, como ayer, sufro de perplejidad respecto al reloj vital y me asombra que el mundo no se pare por ello.Otra causa no invisible, pero sí con la que sufrimos de ceguera ¿voluntaria?) Cuando vas de compras y los tacones te parecen demasiado altos y la letra de los libros demasiado pequeña, no hay duda, te estás haciendo mayor. En nuestra sociedad mantenemos una lucha infructuosa y constante contra el paso del tiempo que afecta, especialmente, a las mujeres. Resulta perverso el uso de los programas informáticos que modifican el cuerpo de las modelos y la manera en la que nos bombardean con imágenes completamente irreales y tallas imposibles de alcanzar. La vida pasa a convertirse en un lugar cómodo y cálido solo cuando comprendes que vives una evolución en horizontal donde tú eres tu único reto; lo más parecido a quitarte lo...
¡Ja!, teniendo en cuenta tus últimos viajes, esto no te resulta tan optimista. Tal vez deberías llamarlos de otra manera para no empañar palabra tan esperanzadora. Yo, como sedentario irredento, pienso en las flores, ¿quién me las cuidará para que las encuentre lozanas cuando regrese?
ResponderEliminarJajaja, pues no, yo lo miro desde otro lado: si ningún viaje es definitivo... pues eso, todo pasa. El viaje siempre enseña, algunos son a destinos nada gratos o, simplemente, el trayecto no se hace agradable. La cuestión es el aprendizaje, el gusto del camino o la esperanza de saber que todo se acaba. Los viajes desagradables también llegan a su fin. Yo te cuidaré las flores.
ResponderEliminar