Julio Camba, reflexiones para el día de hoy
En este periodo electoral en el
que la batería de estupideces para ganar votos parece inagotable, leer un texto
con cordura resulta refrescante. La reflexión y el sentido común no suelen ser
características propias de los políticos y lo que es peor, existe el peligro de que tampoco lo sean de los votantes, teniendo en cuenta que a cada
payasada de un candidato le acompaña el aplauso de un ciudadano, cual cuerpo de
baile al más estilo de un “Georgie Dan”
anacrónico.
Ante tanta crisis, y ahora no me
refiero a la económica, meter la cabeza en un libro es siempre una buena vía de
escape y de alivio intelectual. Y en ese intento de escapar me encuentro con
este reflexión que bien podría haber escrito un columnista de cualquier periódico hoy mismo. Sin embargo,
este texto fue publicado originariamente en 1928 pero como un buen clásico, el
tiempo no lo envejece, lo hace más interesante.
Julio Camba nació en Galicia en
1884 y ante todo fue un ciudadano del mundo y un observador mordaz. Columnista
crítico de mirada aguda e irónica, era capaz de escribir sobre casi todo y
sobre casi nada, como diría él, en
página y media. Periodista reconocido, publicó quince libros de los que siete son
crónicas de viajes. En una época en la que parece que la profesión periodística
está en entredicho, la editorial Renacimiento ha recuperado varios títulos de Camba, entre
ellos, Sobre casi todo y Sobre casi nada. Del primero extraigo este
fragmento con el que les recomiendo la lectura de este escritor español.
" Yo no veo por qué la exhibición
de mendigos ha de constituir un bochorno mayor que la exhibición de
millonarios. Si la miseria es una
vergüenza, la riqueza tiene forzosamente que ser otra. Si se oculta a los
pobres. Que se esconda también
cuidadosamente a los ricos (…)
Para acabar con la miseria no hay
más que un procedimiento: acabar con la riqueza. Y mientras no se acabe con la
miseria, hay que dejar tranquila a la mendicidad. (…) Puede ser que haya quien
se las eche de pobre como hay quien se las echa de rico; pero lo indudable es
una cosa: que si los pobres prefieren la calle al asilo, es porque en el asilo
se encuentra peor que en la calle. Que se les proponga hospedarlos en el Ritz y
veremos como ninguno protesta (…)
Mendigando nos sacan más dinero
que asilados, y nos lo sacan sin darnos, a cambio, ningún placer más que se ese
placer tan vago y tan relativo de hacer buenas obras. Asilados, les daríamos
menos dinero y se la daríamos comiendo grandes comidas benéficas, bailando el fox-trot o jugando al bacará. Y si les
decimos a los pobres que los asilos son muy cómodos, no es pensado en la
comodidad de ellos. Los asilos de pobres, en efecto, sólo son cómodos para los
ricos."
Texto extraído de Sobre casi todo publicado por editorial Renacimiento, 2013.
Soberbio. Agudísimo este don Julio.
ResponderEliminarIntemporal y sí, muy agudo.
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