Entradas

Hilos de colores

Imagen
  Anoche no podía dormir, en mi cabeza me zumbaban conversaciones imaginarias que, posiblemente, nunca tendrán lugar. Yo me iba inquietando cada vez más hasta que me repetía: hilos de colores. Como un mantra, el ruido mental se calmaba, me desactivaba la angustia y me sentía flotar entre madejas y ovillos.  Pensaba en los maravillosos hilos de colores: en sus grosores, sus brillos, sus texturas, en lo que podía hacer con ellos… movía mis brazos como si estuviese bordando y entraba en una atmósfera de paz y serenidad, algo me conectaba con otro tiempo, con otro espacio, con otras almas.   Visualizaba las telas en mi cabeza: sus dibujos, su tacto, el recorrido de la trama y las líneas de los bordes,  me las imaginaba en mil trabajos distintos… y me calmaba. ¿Vale la pena tener esas conversaciones con nadie durante la noche? Claro que no. ¿Se pueden evitar?  No, salvo que uses el mantra: “hilos de colores”.  No parece que nada malo pueda ocurrir si estás rodeada de hilos de colores. 

Tomarse su tiempo

Imagen
Leo la última entrada y todo ha cambiado tan poco que me confirma lo acertado de mi necesidad de ausentarme, de dar(me) tiempo y la escasa importancia que esto tiene. Una vez más esa afirmación de que el tiempo es relativo me parece de lo más oportuna, aunque prefiero la versión más poética y, por supuesto, menos práctica -marca de la casa- de que el tiempo no importa.  A simples mortales casi dos años de pandemia nos puede parecer realmente mucho, pero quién dijo que el tiempo de un virus o de un volcán fuese el mismo que el de una especie que siempre tiene prisa, que tiene poca memoria, que hoy aplaude y mañana se niega a ponerse la vacuna; para quien estar en redes es sinónimo de "ser alguien", "de estar" (¿vivo?). (Miro sorprendida un cartel en una sala donde se toman muestras para saber si se tiene covid: prohibido hacer fotos o grabar vídeos. ¿En serio? Pues sí, si está ahí es que fue necesario ponerlo) No, el mundo, los volcanes y los bichos minúsculos, tiene

Estamos rotxs

Imagen
No quiero mirar al futuro. Ahora, por unos instantes, voy a reflexionar sobre este momento presente, es más, voy a cometer el sacrilegio para todx yonqui del pensamiento positivo, de mirar atrás. Pueden dejar la lectura aquí y contactar con Mr Wonderful , lo entiendo, aunque les advierto que anda en busca y captura. En este momento es más fácil pillar a Bansky en el metro londinense.    Hemos, ESTAMOS pasando una pandemia mundial. El mundo tiene un problema transcendental que aún no sabe cómo resolver, lo más que nos ha acercado a una solución ha sido el encierro durante meses, taparnos la boquita –si incluyera silencio, no estaría del todo mal ─ y venga a lavarnos las manos como si no hubiera un mañana o, más bien, si es que quieres que haya un mañana, depende de tu nivel de apego a la vida. Con estas medidas, ustedes me dirán cuál es el control que creen que tenemos sobre eso que es invisible a los ojos, el bicho 19 plagiando a  El principito, así estamos.  Sigue mu

Miedo

Imagen
Reflexiones de otro tiempo... para el presente Me interesa el miedo, es un tema al que vuelvo una y otra vez. Me pregunto en qué aspectos de nuestra vida se interpone y cómo serían las cosas si no estuviéramos condicionads por esta emoción.   Entiendo su utilidad como medio para ponernos alerta ante el peligro, para mantenernos despiertxs ante la posibilidad de que nos hagan daño, a nosotrs o a nuestrs seres querids, pero... ¿qué más?    ***  ¿Será verdad que si tocas los miedos se van? Quizá así empiecen a derretirse como un iceberg en mares calientes. De a poco, lentamente, sin ánimo de abandonarte con demasiada premura se va convirtiendo en agua y se funde con el medio, siendo otra cosa, integrándose. Yo quiero que mis miedos se vayan y que mi cuerpo deje de reaccionar de una u otra manera a ellos.  *** Y… de repente, un momento mágico en el que todo te da exactamente igual. Llegaste a una madurez que nada tiene que ver con los años, o quizá sí; más bien